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¿Realidad virtual?

Con términos bastante duros, la columna del Sr. Cristián Warnken enjuicia a aquellas personas que han salido a jugar PokemonGo, tratándolos de “zombies” y de vivir en otra realidad. Sin embargo, nos invita a reflexionar sobre cómo las tecnologías sí han logrado encontrarnos con los otros, donde el tiempo ni el lugar son restricciones.

Hace siglos no eran las pantallas las que transformaban a las personas en zombies, sino que eran los libros. En otro momento lo fueron los diarios, seguido por la radio, la televisión, la música portátil, las videoconsolas, las computadoras, la internet, y así hemos llegado hoy a los dispositivos móviles. Todas estas discusiones y sus efectos son parte natural de una innovación. Cuando estas tecnologías surgieron, varias personas las vieron con rechazo, creyendo que enajenaban a las personas de su entorno y distorsionaban sus comportamientos. Al final del día, estas nuevas herramientas nos han apoyado a expandir nuestro conocimiento, creación de nuevos mundos, múltiples formas de interacción, y un mayor entendimiento de la realidad.

Por lo tanto, debemos reflexionar sobre las oportunidades que nos ofrecen estas nuevas tecnologías. Antes era inconcebible hablar con otra persona que estaba en otro país, menos poder ver su rostro y compartir a distancia. Hoy podemos hablar con nuestras familias en casi todo instante mediante el teléfono. Y de cierto modo, un juego virtual hace que varios jóvenes vivan una travesía dentro de su ciudad. Así también, debemos entender sus efectos negativos, como el exceso de información, la devoción poco sana a querer las cosas de forma inmediata, y a la dependencia a los teléfonos, pasando a llevar a los que están al lado nuestro.

El desafío es encontrar un equilibro en esta convivencia de distintos dispositivos y comportamientos, no debería uno estar por sobre el otro. Comprender todos estos efectos por igual nos permitirá seguir construyendo distintas realidades -reales o virtuales- más humanizadas, teniendo como norte el querer encontrarnos.